En el Club Amigos del Rugby hay 300 madres. Hoy es su día. A todas ellas va dedicada esta entrevista. Por su apoyo incondicional, generosidad, entrega y dedicación los 365 días del año a la gran familia rojiverde.
Ellas, una parte esencial del alma del CAR, saben bien lo que significa que su hijo defienda la arlequinada, que su marido entrene en San Pablo o la responsabilidad que supone ser la entrenadora de Sub12, la delegada de Sub-16, la fotógrafa de muchos partidos, la médico del Club o la enfermera que hace las pruebas Covid… Todas son maravillosas porque se entregan a este Club y a un deporte duro, difícil de entender, que seduce y engancha a sus hijos. Apoyan la causa porque les ven felices, poniéndose en forma, rodeados de amigos y educados en valores como el respeto y el sacrificio. Sin duda, son el mejor refuerzo de lo que aquí se hace. También, las mejores animadoras en el campo y fuera de él. El soporte clave de la estructura social del CAR.
24 de las mamás del CAR juegan en las LaCARtijas, el equipo femenino del Club fundado en noviembre de 2018. En las LaCARtijas hay comerciales, profesoras, sanitarias, empresarias, ingenieras, aparejadoras y asistentes sociales. También, una examinadora de tráfico, una diseñadora, una guía turística y la encargada de enseñar a nadar a los niños de medio Club.
Las LaCARtijas suman 37 niños y 18 maridos vinculados a todas las categorías del CAR: desde Sub-6 a Seniors. Esta entrevista es un homenaje a todas las madres que hacen posible la gran familia CAR. A todas ellas, gracias por estar siempre.
¿Qué siente una LaCARtija cuando ve jugar a su hijo?
Orgullo y mucho nervio. Sabemos lo que se siente en el campo.
¿Cómo surgió la idea?
Queríamos participar en el mítico Torneo del Polvorón que organizan los veteranos del Club todas las navidades. También, hacer deporte mientras entrenaban los niños. Participar del Club de otra manera, con un espacio propio.
¿Qué os dijeron en casa?
Que no estábamos muy buenas de la cabeza.
¿Os apoyaron?
A la mayoría, sí. Todas estamos en este mundo por alguien de nuestro núcleo familiar. Así que nuestras familias han tenido algo de culpa. En general, se sienten muy orgullosos de nosotras. Los niños son nuestros hinchas.
¿Qué significa para vosotras el rugby?
Amistad, superación y risas. Entrar de frente, no rodear los problemas.
¿Y el Club Amigos del Rugby?
AMIGOS.
¿Lo mejor de este deporte?
Jugar en equipo y desahogarte, así como la amistad que se forja y, por supuesto, el tercer tiempo.
¿A quién admiráis dentro del Club?
A Carmelo que pasa mucho calor y a nuestros hijos e hijas. Ahora sabemos lo difícil que es jugar y el esfuerzo que hacen al hacerlo.
¿Qué balance hacéis de vuestra temporada?
Llevamos un año que solo competimos contra el coronavirus. En los entrenamientos hemos encontrado aire, tan necesario en estos momentos. ¿El resultado? Muy satisfactorio.
¿Y del Club?
Positivo tras muchas horas de trabajo. Las escuelas han mejorado mucho y contamos con una prometedora cantera.
¿Cuántas horas entrenáis a la semana?
Casi tres. Aunque algún minutillo que otro, nos hacemos las locas.
¿Vuestros entrenadores?
El titular Checo, que está más fuerte que el vinagre. ¡Un santo por aguantarnos! Y su complemento: Álvaro, nuestro cómplice. Los dos son muy profesionales.
¿Cómo es vuestra equipación?
La más bonita que verás nunca. Se la debemos al gran Rafa Caro. La primera equipación es negra. También tenemos la versión veraniega, en verde. La próxima que va a salir es una sorpresa.
¿Contra quién jugáis habitualmente?
Malas madres y Khalesys.
¿Contra qué equipo os gustaría jugar?
AllBlacks. Le íbamos a dar un buen palizón. Si es en Ibiza, mejor.
¿Un recuerdo del primer partido?
Contra Cocodrilas veteranas (risas). Empatamos 1-1. No sabíamos a lo que nos enfrentábamos. Íbamos muy nerviosas y cuando entramos en acción aquello parecía un terremoto. Nos venían golpes por todos lados. Solo se nos escuchaba decir: son muy brutas, son muy brutas, pero lo que no sabíamos es que nosotras lo somos aún más.
¿Una anécdota?
El viaje a Madrid para jugar con Khalesys nos marcó para siempre. Un día entero de movida con su noche incluida, sin descanso.
¿A qué aspiráis? ¿Vuestro sueño como jugadoras?
Que nos convoque José Ignacio. Ha estado a punto en varias ocasiones.
Que las LaCARtijas acudan a un partido en San Pablo es apoyo asegurado. ¿Qué no falta nunca: el tambor, la bandera…?
Los gritos, la euforia y, por supuesto, los cantes. ¡A la melé! ¡A la melé!…
¿Vuestro mejor grito de guerra en las gradas?
¡Chessssscoooo! ¡Vamos amigos! También, gritarle al árbitro: “es la hora, es la hora de pitar”.
¿Se sufre mucho?
Si, pero lo arreglamos cuando nos juntamos en el tercer tiempo.
¿Algún código secreto en casa que sabéis que existe y no hace falta explicar?
Uf. Hay demasiados. Ya nos entendemos con la mirada…
¿Le pedís consejo a vuestros hijos?
Sí y dicen que hacemos cosas muy raras jugando.
¿Son vuestros mejores críticos?
Qué va.
¿Alguna petición?
Nos gustaría tener un campo propio, con ambigú propio también. Y un lugar donde colgar todos los trofeos que quedan por llegar.
Para terminar. ¿Dónde os gustaría ver al CAR dentro de 10 años?
Campeones de España en todas las categorías incluida la “de madres”.
TEXTO: MARTA CONDE
#NoSomosUnEquipoSomosCar
