El CAR Coanda inaugura su casillero de victorias

Tuvo que esperar el CAR Coanda hasta la cuarta jornada para conocer el sabor de la victoria. Tuvo que ser en San Pablo y ante un viejo conocido, el CR Málaga, el momento en que la grada de los amigos pudiese estallar en un único grito de júbilo. La travesía por el desierto se acababa tras un duro encuentro.

Bajo un sol abrasador, el equipo local volvería a ponerse en manos del recién llegado Monedutti con un único objetivo: la victoria. Cautelosos, ambos equipos intercambiaron golpes sin arriesgar demasiado en un intento de calibrar las fuerzas del oponente. Un golpe de castigo en el minuto 12 de juego se consumaría con los primeros tres puntos para los locales al transformar el lanzamiento a palos.

El CR Málaga, haciendo gala de su tonelaje, se impuso en la fase estática de la melé. La primera línea sevillana, formada por los jóvenes novatos Sáez, Ciarruz y Pérez, sería superada una y otra vez en los primeros empujes del encuentro. Fruto de ello sería el primer tanto malagueño en el minuto quince, situación que parecía evocar fantasmas del encuentro frente al CAR Cáceres.

San Pablo no estaba dispuesto a repetir errores del pasado y valiéndose de una clásica arrancada del capitán Echecopar, los sevillanos conseguirían sumar un nuevo ensayo a su marcador. No pudo Monedutti convertir el golpeo en esta ocasión, por lo que la ventaja se reduciría a un punto para el CAR Coanda (8-7).

Al filo del descanso, la lesión de Antonio Buendía en un contacto obligaría a los de Ignacio Moreno a recurrir al banquillo. El ala Andrés Zambrano, titular en jornadas anteriores, ingresó al terreno de juego al borde del descanso al no recuperarse Buendía del impacto recibido en un brazo.

Resistiría el CAR Coanda los embites de un eficaz CR Málaga en el juego de tres cuartos. El talonador Francisco Quilez consumaría la superioridad visitante en los últimos minutos de juego. Seis puntos por debajo, el combinado arlequinado convertiría un nuevo golpe de castigo para ir al descanso con una desventaja de tres puntos (11-14).

La reanudación del encuentro sonrió a la delantera sevillana. El cuerpo técnico sustituyó a Sáez por Íñiguez y a Samb por Ollero. Tras una sucesión de fases de juego, el pilar Gonzalo Pérez se estrenaría como anotador en División de Honor B. El joven sevillano encontraba la velocidad y el espacio suficiente para poner a su equipo por delante. No perdonaría en esta ocasión el CAR Coanda, que aumentaba su renta en cuatro puntos por encima (18-14). No obstante, el centro Maesso, que también volvía al equipo, sería expulsado con una tarjeta amarilla por cometer una serie de infracciones continuadas en un agrupamiento.

Con uno menos durante diez minutos, el CAR Coanda tenía una única misión: defender el fuerte hasta recuperar al expulsado. Un ensayo de Óscar Del Bosque en el minuto 17 congelaba la grada de San Pablo, que volvería a respirar al ver cómo la patada no llegaba a su destino. A partir de este momento, los amigos hicieron una demostración de entereza al parar una y otra vez las embestidas del CR Málaga. La inferioridad numérica no fue suficiente para quebrar a un equipo dispuesto a darlo todo a la hora de defender la línea de ensayo. Ingresaba Maesso para ser sustituido, casi inmediatamente, por Oscar García.

Una y otra vez buscaría el CAR la victoria. Las fases de juego, capitaneadas por la dupla Mora-Monedutti, encontraron recompensa en forma de un golpe de castigo en el minuto 35. Un punto por debajo y a sabiendas de que las oportunidades no son un regalo, la decisión no se hizo de esperar. Señalaba el colegiado a los palos malagueños y el silencio se apoderaba una vez más de la capital andaluza.

El minuto 35 es el minuto de los valientes. Sobretodo cuando aún no has ganado un partido en la temporada y pierdes por un único punto. La patada no es difícil, el viento está a favor y Monedutti inicia la carrera. El ovalado surca el cielo de San Pablo y la grada acompaña con un estallido de rabia y felicidad. Cinco minutos de juego para defender una ventaja de dos.

Lo intentaría el CR Málaga sin éxito. Haciendo acopio de sangre fría, el CAR Coanda recuperaría el balón. La consigna estaba clara: fases de delanteros para sentenciar el encuentro. La delantera percutiría con seguridad la defensa rival mientras el marcador indicaba el final del partido. En un último intento, los malagueños volverían a perder el balón, que sería expulsado del césped. Pitido final e invasión de campo.

El CAR Coanda ya sabe lo que es sumar puntos en la clasificación. Abandona el último puesto en detrimento del propio CR Málaga y se suma a la persecución de Hortaleza y Arquitectura, ambos con cinco puntos, y Almería, con seis en su haber.

David Fernández Bruno

 

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