- Este es el mensaje que Patricia García Rodríguez manda a los arlequinados que este mes han comenzado la nueva temporada
- “Entender los valores que reinan en este deporte como el respeto, la superación y el trabajo en equipo, es más importante que el propio resultado y que el propio ganar»
- “Lo mejor del rugby en España son las personas, el altruismo y el voluntarismo”
Patricia García Rodríguez contesta a esta entrevista del CAR desde Kenia, lugar al que ha vuelto este verano para promocionar los valores de este deporte. Su proyecto social (PGR ONG) se llama Rugby Libre.
La vida de esta joven deportista olímpica (Río de Janeiro, 2016), natural de El Escorial (33 años), icono del rugby español, está llena de historia. PGR suma 342 internacionales con la selección española (XV y Seven), cinco títulos europeos (Leonas XV) y una extraordinaria carrera profesional con el oval sobre las H de medio mundo: Francia, Nueva Zelanda, Japón o Inglaterra con Exeter Chiefs.
Cuando Patricia García habla transmite seguridad y muchas ganas de seguir dedicándose a su gran pasión: el rugby.
Es la rugbier más laureada de España. ¿Quién le enseñó a amar este deporte?
No sé si la más laureada, pero sí una jugadora muy apasionada. Irene Schiavon, una jugadora, amiga y compañera de equipo de fútbol en ese momento.
¿Lo que más le gusta de este deporte?
Los valores y como este deporte genera un entorno social y colectivo que permite la expresión de las fortalezas de cada individuo en servicio de un bien mayor, de un objetivo más grande que uno mismo y cómo esto se transfiere a la vida y a la sociedad. Entender los valores que reinan en este deporte como el respeto, la superación y el trabajo en equipo, es más importante que el propio resultado y que el propio ganar. También, como nos desenvolvemos a título individual en un contexto social y casi familiar de cuidado y de crecimiento. Creo que es algo muy bonito y viene siendo una transferencia al mundo que vivimos. Creo que con más rugbier construiremos un mundo mejor.
Humildad, respeto y pasión. ¿Qué valor le ha servido más para la vida laboral y para la personal?
Los tres son fundamentales. La verdad es que no sabría decir cuál me ha servido más. ¿Por qué la Humildad? Porque sin humildad no hay desarrollo personal; sin la valentía y sin la humildad de reconocer los propios errores o las áreas de mejora; las que más se puede crecer e incluso también las fortalezas para poder explotarlas y entregar o servir a los demás. ¿Por qué el respeto? No solamente al rival, sino al árbitro y las normas que es fundamental. También, a las diferencias en el día a día, en la vida. Creo que es uno de los deberes más grande que tenemos a nivel social, el respeto a la diferencia. Y, como no, la pasión. Sin esa motivación, la lucha del día a día sería difícil sin este motor que nos pasa a la acción.
¿Qué nota le da al Rugby nacional?
Dado que hay una gran variedad de factores o áreas para valorar, me costaría muchísimo dar una nota sin un estudio profundo y detallado. Aún estamos lejos de sacar todo nuestro potencial.
¿Lo mejor?
Las personas, el altruismo y el voluntarismo que hay en el rugby en España. Sigue siendo un deporte amateur, pero vemos que entre todos hay que sumar para aportar a este deporte. Cuando llegue el profesionalismo, esa pasión y esa generosidad que promueven nuestro deporte, no debemos perderla.
¿Su mayor carencia?
En ocasiones, el no anteponer el objetivo y el desarrollo global y general del rugby, a los intereses individuales o personales o de diferentes entidades. No tenemos una visión en común como rugby español, una visión que nos conmueva, en la que nos sintamos todos partícipe de ella.
Además de profesionalización ¿Cuáles son las tres necesidades más urgentes?
La formación. Sobre todo, de educadores y entrenadores. Que haya un mayor nivel y que estén más cualificados. También, la captación y el desarrollo. Tener el foco en esas tres áreas sería un elemento muy diferenciador en el medio plazo para nuestro rugby.
¿Cree que está alejado de lo que necesitan los clubes de este país?
Si es a título personal, no me veo alejada de lo que necesitan los clubes de este país. El rugby somos todos y, todos, de alguna manera u otra, estamos aportando y sumamos para que este deporte crezca.
¿Cómo se puede mejorar su reputación a nivel internacional?
Con fundamentos y con hechos. Por supuesto hay que trabajar muy bien la comunicación, la visibilidad y las acciones para que sean las que hablen bien de nosotros y de nuestro rugby.
¿Qué lugar ocupa el Rugby femenino en España?
Es un área emergente, con muchísimo potencial y por explotar. En general, creo que no estamos sacando todo el partido que podemos del rugby y, mucho menos, del practicado por niñas y mujeres.
El Club Amigos del Rugby creó la pasada temporada el primer equipo femenino de su historia ¿Un mensaje para las que chicas que empiezan y sueñan con ser leonas?
Trabajo, trabajo y trabajo. Es el único camino. A través del trabajo saldrán las cosas. Cuánto más entrenas, cuánto más trabajas, más oportunidades tienes y más suerte se tiene. También, que no olviden nunca los valores de este deporte. Que traten de llevarlo no solo dentro del campo sino fuera, a sus vidas. Creo que esto es lo más importante.
¿Qué ha aprendido de su experiencia en Francia, Inglaterra, Nueva Zelanda, Japón…?
El respeto a la diferencia y a la diversidad cultural. Creo que tener una apertura de miras, de ver formas diferentes de hacer las cosas, hábitos o lo que uno considera su verdad, igual, no lo es para otras culturas y para otras personas.
¿Un mensaje para todos los arlequinados que este mes comienzan la temporada?
Que no olviden que al rugby venimos a ser felices, así que traigan sus mejores sonrisas.
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“ADMIRO A NELSON MANDELA, COMO CON EL RUGBY CONSIGUIÓ REUNIR A UNA SOCIEDAD Y A UN PAÍS, EN ESE MOMENTO, DISGREGADO POR LA DISCRIMINACIÓN RACIAL”
¿Una frase que le motive?
Enciende el motor que te impulse a la acción, emprende tu alma, fluye en tus sueños. Vívelos con coraje y determinación.
¿Un libro imprescindible?
La huella, de Luisa Galindo Garzón.
¿Una canción?
Tres minutos de Brisa Fenoy.
¿Dónde se perdería?
En Nueva Zelanda.
¿El mejor partido de su carrera?
Bueno no sé si el mejor, pero uno que recordaré siempre fue la final del preolímpico en Dublín, la clasificación de los Juegos Olímpicos contra Rusia.
¿El que le gustaría olvidar?
La verdad es que ninguno porque aunque haya cosas que no me gustan creo que es importante no olvidarlas por el aprendizaje que conlleva.
¿A quién admira?
Admiro mucho la parte de Nelson Mandela y como con el rugby consiguió unir a una sociedad y a un país, en ese momento, disgregado por la discriminación racial.
¿Una anécdota?
(Risas) En el descanso del partido de la Copa del Mundo Rugby 7 (el quinto puesto en San Francisco) tuve que abandonar el campo de juego para ir al baño, ¡Son solo dos minutos! Volví justo para el kick off.
¿El mejor consejo?
Escuchar al corazón y seguir lo que dicta, por encima de lo que piense, diga o crea la gente que es lo mejor.
¿Lo que más valora?
La bondad, a las buenas personas y los valores que suelen reinar. Hacer las cosas por amor, por pasión.
Texto: Marta Conde
Foto principal: Aljaz Babnik
