Jesús Mora Díaz, Napo, Medio Melé de CAR COANDA: «En San Pablo hay Rugby para rato»

• “El Rugby además de incluir a cualquiera, independientemente de su físico y de sus condiciones, une mucho a quienes lo practican”.
• Su amigo Antón, del colegio, es el culpable de que a los 13 años se enganchara a este deporte.
• De todos sus entrenadores, Napo se queda con la pasión de El Gamba y con el Rugby que le ha enseñado José Ignacio Moreno.

“Que más me da. No voy a perder el control…. Y cuando acabe todo esto, cuando acabe, ya volverán las zapatillas que perdí…”. Así dice una de sus canciones favoritas (Amos del Piano Bar). Habla de avión, de Nueva York… pero él tiene los pies en la tierra. Alguien que lo conoce bien sabe que es “un líder nato, alguien muy maduro para su edad y un referente para la Escuela. Técnicamente es muy bueno, inteligente y muy rápido. Ha demostrado que trabajando duro, se puede jugar al nivel que cada uno se proponga”, dice José Ignacio Moreno, su actual entrenador.

Así es Jesús Mora Díaz, Napo, apodo con el que le bautizaron por su similitud con Napoleón. Se lo puso Jaime Gastalver, El Gamba, en su primer año de rugby. Tenía 13 años. Hoy, a sus 20, es Medio Melé (9) de CAR COANDA, encargado de distribuir el juego dentro del campo y unos de los cuatro capitanes del primer equipo.

Este estudiante de Fisioterapia de la Universidad de Sevilla aterrizó en el rugby gracias a su amigo Antón, el culpable de que todo el grupo de amigos del colegio se uniera a esta aventura. Después de insistir mucho en casa, Napo cuenta que le dejaron jugar. Y hasta hoy. Desde el primer día que tocó el oval afirma que se sintió valorado e integrado. ¿Lo que le enganchó del rugby? “Que además de incluir a cualquiera, independientemente de su físico y de sus condiciones, une mucho a quienes lo practican”. Detrás del nº 9, como detrás de sus Amigos del CAR, hay mucho esfuerzo, compromiso roji-verde y sacrificio: horas de entrenamiento en San Pablo y en el gimnasio. Detrás del nº 9 hay entrega y mucha pasión.
Pregunta obligada. ¿Qué le aporta el Rugby en su vida?
Valores, amistad y alegría.
De todos los valores de este deporte… ¿Cuál es el que más le gusta?
El compañerismo.
¿Qué siente cuándo viste la arlequinada? 
Muchos nervios, orgullo y felicidad de poder hacer lo que me gusta.
¿Hace algún ritual antes de cada partido?
No soy de esos. Solo pretendo sentarme siempre en el mismo sitio y ponerme música.
¿Qué siente en el túnel de San Pablo cuándo juegan en casa? 
Muchos nervios, ganas de saltar al campo y de que empiece el partido.
¿Un momento en el campo que nunca olvidará?
Soy incapaz de elegir entre la final del Campeonato de Andalucía que ganamos en Sub14, la semifinal del Campeonato de Andalucía de Sub16 contra Marbella en su campo y el partido de los Playoffs de ascenso a DHB en casa frente a Majadahonda.
¿Lo más difícil de practicar Rugby?
El grado de compromiso que implica.
¿Y lo mejor? 
Poder practicarlo con amigos.
¿Cómo lleva su última lesión? 
Estoy bastante bien. Nunca había sufrido una lesión muscular, así que ha sido algo nuevo. Mi objetivo era estar listo para el partido de Majadahonda en Madrid pero se aplazó por COVID, por lo que me ha dado un margen algo mayor para llegar a tope al inicio de la segunda vuelta de liga.
¿Un consejo para los jugadores que se lesionan? 
Que no se preocupen, que todo se recupera. Que aprovechen el parón para reflexionar en qué pueden mejorar y vuelvan al campo con más ganas que nunca.
¿Recuerda su primer debut en Senior A?
Un amistoso en San Pablo contra Málaga. Fue bonito porque jugamos casi todos los que subimos de Sub18 y siempre es especial jugar con tus amigos de siempre, con los que empezó todo.
¿El encuentro más duro que ha jugado hasta ahora?
Playoffs de ascenso a DHB contra CAU Madrid.
¿Una anécdota que le siga arrancando una sonrisa?
Cualquier batallita en la granja escuela “Las Cortas de Blas” de los Campeonatos de España en Valladolid. Recuerdo una en la que Manuel Marchena, presidente en aquel tiempo, entró a reñirnos en nuestra habitación. Ninguno de nosotros fuimos capaces de parar de reír, mientras tanto, un amigo estaba escondido entre dos literas y Marchena le pidió de una forma muy educada y graciosa que saliera de ahí…
¿Quién ha sido su maestro en el Rugby?
Me quedaría con dos. La pasión y alegría de El Gamba, el que me metió esto del rugby en el cuerpo y con el rugby que me ha enseñado José Ignacio.
¿Qué tres deseos pediría para su Club? 
Que siga trabajando en la misma línea, que siga creciendo y, por supuesto, ¡muchos éxitos!
Si pudiera hacer magia. ¿Qué cambiaría? 
La situación sanitaria actual.
¿Cómo ve el estado de salud del CAR? 
Genial. Es asombroso el trabajo que hace la directiva, ver a dónde hemos llegado en tan poco tiempo, la cantidad de niños que hay en las categorías inferiores y el nivel que tienen. Es un gustazo. ¡En San Pablo hay rugby para rato!
¿Y el del rugby andaluz y nacional?
Creo que el rugby en España está creciendo a buen ritmo. A nivel autonómico, estoy muy contento de ver que cada vez hay más equipos andaluces en el panorama nacional.
¿A qué jugador sigue dentro y fuera de nuestras fronteras?
Dentro, me gusta mucho el medio melé argentino del VRAC: Estanislao Bay. Del panorama internacional, me quedaría con Faf de Klerk.
¿Dónde se ve dentro de 10 años?
Trabajando y jugando.
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¿A quién admira Napo?
A mis abuelos.
¿La hora del día que más le gusta?
En la que el sol está más alto.
¿Qué ha aprendido de esta pandemia?
La cantidad de cosas que podíamos hacer y no valorábamos.
¿Una canción?
 Ibiza o Amos del Piano Bar.
¿Una película?
Cualquiera de Fast and Furious.
¿Un libro que recomendaría?
Los Ojos del Tuareg de Alberto Vázquez-Figueroa.
¿Un viaje pendiente?
A Australia.
¿Un sueño?
Viajar a sitios en los que no haya estado nadie.
¿Sus otras grandes pasiones?
Aunque no se me dé bien, el surf.
¿Su frase favorita?
 Si no lo intentas, no sabes si es posible.
¿Su grito de guerra?
¡AMIGOS!

TEXTO: MARTA CONDE